Frases sobre la costumbre
El hábito es como un cable; nos vamos enredando en él cada día hasta que no nos podemos desatar.
Quien lleva toda su vida a su mujer sobre la espalda, cuando la deja en el suelo, ella dice: ¡Estoy fatigada!.
La novedad atrae la atención y aún el respeto, pero la costumbre lo hace desaparecer pronto; apenas nos dignaríamos a mirar el arco iris si éste permaneciese por mucho tiempo en el horizonte.
La costumbre disminuye la admiración, y una mediana novedad suele vencer a la mayor eminencia envejecida.
Las cadenas del hábito son generalmente demasiado débiles para que las sintamos, hasta que son demasiado fuertes para que podamos romperlas.
Los satisfechos, los felices, no aman; se duermen en la costumbre.
El hombre nunca mira al cielo porque siempre lo tiene a la vista.
Cultiva sólo aquellos hábitos que quisieras que dominaran tu vida.
En ocasiones el exceso es estimulante. Evita que con la moderación se adquiera el mortal efecto de un hábito.
En realidad, la atracción o el afecto no son más que simpatía de la costumbre.
Las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.
La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna.
Dicen que el hábito es una segunda naturaleza. Quien sabe, empero, si la naturaleza no es primero un hábito.
Nada necesita tanto una reforma como las costumbres ajenas.
Nada hay más fuerte que el hábito.
La costumbre con la costumbre se vence.
El hábito es el enorme volante de inercia que mueve a la sociedad, su más valioso agente de conservación.
Lo que acostumbramos a llamar instituciones necesarias, muchas veces son instituciones a las que nos hemos acostumbrado.
La costumbre hace ley.
La costumbre es una segunda naturaleza que destruye la primera.
Más importa dar a los hombres buenas costumbres que leyes y tribunales.
El hábito convierte los placeres suntuosos en necesidades cotidianas.